A punto de cumplir los 29, brindo en honor a mí. En honor a mí, voy a dedicar esta entrada. Que por qué? Porque sí. Porque me da la gana y tengo ganas.
Porque: ¡¡Pongo a Zapatero y al congreso de diputados por testigos, como responsables y salvadores de esta crisis, "ojalá", que tanto me está jodiendo y dando rienda suelta a crear un blog a mis anchas, a que nunca jamás volveré a pasar hambre en este país de mentirosos, ladrones e infames hijos de puta con mayúsculas, señoras y señores!!Pero no es por ello, a lo que voy a dedicar mis letras en esta entrada.
A punto de cumplir los 29, mi sueño como Rockstar o como creador de sonidos frescos y que gusten a todo el mundo o casi, cansado de escuchar siempre más de lo mismo, se está consumiendo como troncos en una estufa de leña a todo gas. Aunque ya de hace años uno se da cuenta que la fama es efímera y que tan pronto te llega y explota, como tan pronto se va. Lo único que ahora quiero o quería conseguir es simplemente que la gente escuche en directo o en ceros y unos, pero que escuchen y se emocionen, pero sin pensar en que con eso voy a ganar dinero.
Y es que será la edad, la realidad de la vida o lo que coño sea. Pero es que después de más de 10 largos años intentando acabar una jodida maqueta musical que le ocurre igual que a mí, incompleta y rehaciéndose una y otra vez, pero mejorando a cada paso que da, se me están quitando las ganas de aquello "que quería ser de mayor".
Y tú qué quieres ser de mayor? Me preguntaban una y otra vez familiares estira mofletes y mujeres besuconas succiona rostros. Pues yo lo tenía clarísimo. Como aquello de mamá quiero ser artista. Yo les contestaba y tal vez incluso vacilaba contestando, que yo quería ser...Piloto de aviones militares, creo que decía. A todos dejaba anonadados con tal respuesta. Pensaban, este chiquillo ya piensa alto, pronto se irá del nido este pajarito , ay señor, que disgusto este niño. Sí, yo estaba super ilusionado con aquella idea.
Ahora, os preguntaréis, y por qué militar? Por qué tirar bombas? Pues la respuesta es bien sencilla. Era un niño, un simple niño que no sabía nada de la vida. Y no es que ahora sepa mucho más. Pero de pequeño tenemos esa inocencia que no nos hace pensar en lo que vale una vida y lo que pueden hacer un par de misiles aire-tierra contra un objetivo al que muchas veces para excusarse llaman "daños colaterales", o como dicen ellos también, daño no intencional o accidental producto de una operación militar. O lo que es lo mismo, cargarte a un civil o compañero aliado sin querer, como al niño al que golpean con un balón y le dicen que, ha sido sin querer joo, no haberte puesto delante!! Esa inocencia es la que tenía.
A eso llaman daño colateral. O, simple y llanamente matar y destruir. De eso en los dibujos animados no nos dábamos cuenta. No nos importaba, porque matar a alguien significaba destruir. Nunca decían matar. Pero bueno, tampoco voy a ponerme a hablar ahora de injusticias porque tampoco es el caso. Solo quería matizar la inocencia, como en la película Camino.
Lo que era curioso en mí, es que en la mayoría de dibujos, pelis y series que veía de pequeño, no sé por qué, (y tal vez sea de mirármelo,jeje), es que me encantaban los malos. Ahora lo voy entendiendo un poco mejor ese por qué, y es que los malos siempre han tenido un atractivo mayor que los buenos. Hasta las chicas solían estar más buenas. O si no acordaros de Jessica Rabbit, o la chica androide C-18 de Dragon Ball de quién Krillin se enamora. O en las pelis de James Bond. Será por eso de, nos gustan las chicas malas? y no solo era por el género femenino, sino porque los buenos eran aburridos, siempre en su "base o cuartel general" allí arrepantigaos, sin hacer vida apenas, esperando impaciente el momento a que los malos atacasen. y los malos siempre estaban dando juego a los buenos con sus planes de controlar el mundo.
Todo aquello era realmente curioso. Pero qué decepción para mí, cada vez que los malos malosos perdían sus batallas contra los buenos. Algo que era mas que habitual que ocurriera. Excepto en aquellos donde salía el cartelito de to be continued...esos enganchaban. Y ahí estábamos con Goku, dos generaciones enganchadas por lo menos, con los superguerreros y sus transformaciones espectaculares y telenovelas. Y mientras, en aquellos tiempos "dorados del cole", cuando toda la chavalada coleccionaba cromos de Oliver y Benjy y Supercampeones...ahí estaba yo con mis cromos de aviones todavía ilusionado. Aprendiéndome sin querer nombres como F-18, F-14, MIG-21 y otros tantos que se me quedarán para la posteridad en mi cabeza para bien o para mal, sobretodo al ver las noticias. Oh sí, aquellas noticias de la televisión española primer canal, retransmitiendo en "riguroso directo" todo lo que acontecía en Irak, cuando la guerra de Kuwait. "aviones caza aliados invisibles al radar han conseguido burlar todas las defensas irakíes". Vamos, yo alucinaba. Cazas invisibles. Ostia, será como en los dibujos...han conseguido un material que les hace invisibles físicamente? wow, cuánta ignorancia tenía,jeje...Pero yo alucinaba con las órbitas de mis ojos bien abiertas al ver el famoso avión invisible a los radares llamado F-117 A Stealth como despegaba desde las pistas. Aquel pájaro metálico negro con formas poligonales sacadas de los dibujos que yo veía por aquella época. Y aquellos interiores con pantallitas por todas partes. Aquello era bestial para mí. y si no, el bombardero semi alienígena con su forma de boomerang B-2 Spirit. Avión que en caso de que tuvieran que lanzar una bomba nuclear, éste sería hoy en día el Enola Gay del siglo 21.
Yo necesitaba esos cromos. Y los conseguí, y mi felicidad en ese sentido continuó en aumento. Yo tenía que ser piloto de aviones militares. Pero el gran chasco vino. Tenía que venir tarde o temprano no solo porque había que estudiar muchíiiisimo y que pagarse una academia era caríiiisimo.
El gran chasco vino, al comenzar a viajar con mi familia cada año de vacaciones por la España profunda, por las tierras andaluzas y manchegas donde mis padres se criaron.
Aquellas tierras que más de una vomitera me hicieron soltar por aquellas sinuosas curvas del demonio. Aquellos largos viajes de curvas y mareos que con la familia disfrutábamos. Si, lo pasaba bien dentro de lo que cabe en referente a mi pobre frágil estómago por aquella época. Recorrimos muchos lugares de España cada verano o cada pascua, montañas, lagos, ríos, pueblos escondidos, pero mi estómago no llegaba a acostumbrarse a aquello. Y sí, efectivamente fue a raíz de aquello cuando me di cuenta que yo para piloto no servía. Que si me mareaba con unas simples curvas tocando el suelo, cómo no me iba a marear a 10.000 metros de altura? Claro, que yo no tenía la culpa de todo eso, de que mi pobre estómago o sentido del equilibrio en el oído fueran tan sensibles. O por lo menos en aquellos tiempos.
También hubo otro factor muy importante que me horrorizó, y es que a eso de los 8 años me pusieron gafas. Unas ultra estúpidas gafas grandes que en aquella época era la moda. Que dudo que el que las diseñara llevara gafas y se pusiera encima ese estilo.
En fin, que mi sueño de volar por los aires, parcialmente se desvaneció. Y digo parcialmente, porque de alguna manera sigue vivo. Sí, sigue vivo pero transformado en diferentes maneras y formas que a lo largo de estos años he ido aprendiendo y disfrutando.
Después de aquello, vale, no he sacado el talento artístico de mi padre en cuanto a la pintura, no me ha llamado en especial, pero he desarrollado con los años, varios más. Por ejemplo, el que más me motiva y ojalá lo siga haciendo hasta que me muera, es el de la música.
Siempre me he intentado empapar de música allá donde he estado. Radio 3 ha sido mi mentor en gran medida. He sido bakalaero, heavy, gótico, electrónico. Un poco de todo. La nota final. Rockero. Pero qué es ser rockero? Eso lo dejaremos para otra ocasión. Pero lo cierto es que me encanta escuchar todo tipo de música. Estoy abierto a casi todo. Menos a lo que mi oído cuando lo escucha se le hace repetitivo y le cansa. Yo diría que los máximos exponentes para que me empezara el gusanillo de componer, fue al escuchar por vez primera en cinta de cassette a Nine Inch Nails, el pionero del rock industrial. Me di cuenta de la cantidad de cosas que me estaba perdiendo. Los NIN, wow, decía, qué cojones. Mezclando rock super cañero con sonidos industriales, y encima haciéndolo bien y para la mayoría de público. Aquello me emocionó bastante. Yo también quería participar en eso. El padre del rock industrial, y de la criatura del monstruo de Frankenstein, Marilyn Manson en su gloriosa época dorada de finales de los 90 como el anticristosuperstar. Y luego llegó Depeche Mode, desconocidos para mí, con su disco más oscuro y guitarrero llamado Ultra. Ciertamente me inspiraron bastante estos dos. Pero han tenido que pasar años para que autodidactamente haya aprendido que innovar o ser original, no es mejorar. Hace falta una pizca de la vieja escuela para aportar algo interesante. Como mínimo, respetar que una canción es como una historia contada en 4min como mucho. Y si te pasas, ten cuidado para no perder el hilo. O si no, me dedicaría a crear música de vanguardia de la que solo escucharía yo y el tato. También me he dado cuenta que cantidad no es calidad, y que a veces con algo sencillo es mucho mejor que algo complejo.
No me considero un músico al uso, porque no tengo idea de solfeo y apenas he tocado en directo. Bueno, si cuenta alguna jam session que otra con mis máquinas pues vale. Más bien, me considero compositor, creador de cosas que no existen para luego hacer que existan por medio de la música o la escritura.
Por eso mi sueño de libertad, de volar, sigue en esta manera. Al igual que el gustillo que le he cogido a escribir de todo un poco, al sentir la necesidad de hacer las letras para mis canciones, desde que leí la biografía de Leonard Cohen.
Y es que la vida sigue amigos. Y tenemos que seguir luchando por nuestros sueños sea como sea. Aunque se transformen en otras cosas, pero seguir luchando por aquello con lo que crecimos, con lo que más gracia nos hizo. Porque, no nos engañemos, que la inocencia y la fuerza de vivir de un niño, a nada o poco es comparable.
Así que, aquí sigo yo intentando cumplir ese sueño de volar. Ese sueño de libertad y de hacer soñar a uno mismo y a los demás.
Gracias a JM, Fausto, Nono, Cristian, Walter y otras personas por ser partícipes de mi sueño. Y sobretodo JM, encantado de la vida de unir nuestras cabezas locas para hacer algo más loco todavía y refrescar a la gente algún día sus cabecitas inquietas;
JAIRO SOBRINO RUBIO:: a mis 29 años sigo más Vivo que nunca.
A continuación aporto este videoclip de Fatboyslim con la voz de Jim Morrison. Magnífico
para dejarse llevar por el aire y por qué no, soñar con otro mundo posible;