jueves, 17 de diciembre de 2009

FILOSOFÍA ARBORIS: El Dilema




Cientos y cientos de ramificaciones esqueléticas, ondeantes al viento, soportando a esos cabritos aleteados que picotean día y noche para no sé el qué. Cientos y cientos de años soportando el paso incesante de las hormigas torturando mi cuerpo centímetro a  centímetro, chupando y mordiendo mi robusto cuerpo, mi poderoso miembro, el tronco. Extrayendo pedazos de mí sin preguntarme. Habitando en micro agujeros perforados a dentelladas arrastrándose por mi interior pero sin debilitarme lo suficiente como para darme motivos para poder mandar a tomar por culo a Nuestra Querida Madre Naturaleza y su divino Plan de la selección natural de las especies y bla,bla,bla…
 Ignorando finalmente todo el proceder y la molestia que provocan estos okupas de mi cuerpo. Volviendo a mi magistral anatomía arboris de hojas verdes y esbeltas o secas y amoratadas, con raíces pudientes y húmedas con el casi insoportable hedor a tierra sumergida con gusanos y otros acompañantes de lo Oculto, que esperan y duermen bajo tierra. No sabría decidir qué es mejor, si pudiera elegir qué parte de mi cuerpo elegir?

Pues, cuál es entonces la opción correcta. Cuál es la meta? La raíz o el extremo de mis hojas? O lo que es lo mismo para un humano. Permanecer como la masa, o volar hasta que llegue el Silencio?
Esta es la cuestión y tal vez la solución. Echar raíces bajo tierra y no ver la luz del Sol nunca, pero estar a gusto en mi Paz? o quedar en el extremo de la hoja y disfrutar de la luz del Sol y la lluvia hasta que la hoja se seque o caiga, y morir en esa paz poco duradera?

Tal vez, echar raíces sea la solución. Tal vez, y solo tal vez, echar raíces sea la solución para poder llegar estrepitosamente hasta el tronco del fuerte árbol duradero, y así construir una buena base firme y acogedora para que algún día pueda estirar mis ramas al Sol y al Viento, donde mis hojas y frutos puedan cantar bajo la lluvia hasta el fin de sus días para volver a renacer, en otro árbol, en otra vida.
Hasta el fin de mis días! Qué nobles tonterías acabo de soltar. Pues una jodida semilla solo soy, divagando, reflexionando, y filosofando de algo que todavía no he tenido. A tan solo unos instantes de caer al vacío, al frío y helado suelo a una considerable altura de unos 20 metros junto con mis otras hermanas, esperando el momento, esperando un golpe de suerte, esperando la Vida. Por qué me quejo entonces?
Tal vez, sea esa la solución;


JAIRO SOBRINO RUBIO::





viernes, 11 de diciembre de 2009

EL CAMINO APRENDIDO



De mirada intensa, penetrante y soñadora me colmas.
Sabias palabras han salido de tu garganta,
fruto del viaje de la Vida,
sin prisas.

Si una cosa he aprendido de ti,
es el saber esperar.
Si una cosa me he fijado en ti,
es tu infinita humildad.


Has sufrido mucho en esta vida
contra ideales caducos y estúpidos
que han separado este trozo de tierra sin remedio.


Tú que como yo, te sientes ciudadano del mundo,
no llevamos caminos tan distintos como parece.
pues como espíritus libres inquietos que somos,

abrazamos la naturaleza, la vida,
y los buenos valores, que como personas
podemos tener o aprender
los unos de los otros

Sigues las enseñanzas de un libro, y sigues
a tu corazón, como seguías a tu compañera de viaje,
a tu alma gemela que ahora queda
en nuestros corazones.


Ahora que las cicatrizes del tiempo te delatan,
y tu cuerpo ya no obedece igual que antes,
sigues luchando contra el Tiempo
para dejar tu legado de Amor
a tus seres queridos.

Para ti, que aún te tengo y puedo tocar tus
marcadas pero labradas y poderosas manos,
que me cuidaste cuando era pequeño.

Para ti, que puedo ver ese brillo en tus ojos,
derrochando felicidad y emoción
cuando hablas y encandilas
al que te escucha.

Para ti, y solo para ti, que hace poco
me proporcionaste el don de emocionarme,

Te regalo mi más sincero y humilde poema desde el corazón,
para cuando seas polvo de estrellas en el Universo,
y un trocito de ti permanezca en mí.
Gracias;

Para mi abuelo Alberto Rubio.
Jairo Sobrino Rubio;

jueves, 19 de noviembre de 2009

EPITAFIO DE VIDA



Tirad mis cenizas al mar,
Tirad mis cenizas al aire,
Tirad mis cenizas al fuego,
y a la tierra donde yo crecí.

donde el Universo me contempló por un instante...

porque de estos elementos he alimentado todo mi ser
durante toda una vida,
durante todo un momento...
y en breve, volveré a ellos...

No es más que un instante la vida.

Pensad en ello y amaros los unos a los otros.
Creed en el amor sincero y verdadero.
Ese que no se rompe ni se desgasta..
Que se valora por encima de todo.


Creed en uno mismo, en el otro,
en una piedra, en un árbol o en un dios,
en lo que sea... pero creed.
Creed,
y estaréis agusto con vosotros mismos,
y con el Universo
que nos ha creado.

Y ahora, cavad un hoyo bien profundo
y tirad el resto de mis cenizas...
y sobre ellas, plantad una semilla
del árbol más sabio y longevo que conozcáis...

y cuando este germine, crecerá un árbol...un árbol de vida.

Y mi nombre recordaréis en este árbol
que dará vida por los siglos de los siglos;

JAIRO SOBRINO RUBIO::