Cientos y cientos de ramificaciones esqueléticas, ondeantes al viento, soportando a esos cabritos aleteados que picotean día y noche para no sé el qué. Cientos y cientos de años soportando el paso incesante de las hormigas torturando mi cuerpo centímetro a centímetro, chupando y mordiendo mi robusto cuerpo, mi poderoso miembro, el tronco. Extrayendo pedazos de mí sin preguntarme. Habitando en micro agujeros perforados a dentelladas arrastrándose por mi interior pero sin debilitarme lo suficiente como para darme motivos para poder mandar a tomar por culo a Nuestra Querida Madre Naturaleza y su divino Plan de la selección natural de las especies y bla,bla,bla…
Ignorando finalmente todo el proceder y la molestia que provocan estos okupas de mi cuerpo. Volviendo a mi magistral anatomía arboris de hojas verdes y esbeltas o secas y amoratadas, con raíces pudientes y húmedas con el casi insoportable hedor a tierra sumergida con gusanos y otros acompañantes de lo Oculto, que esperan y duermen bajo tierra. No sabría decidir qué es mejor, si pudiera elegir qué parte de mi cuerpo elegir?
Pues, cuál es entonces la opción correcta. Cuál es la meta? La raíz o el extremo de mis hojas? O lo que es lo mismo para un humano. Permanecer como la masa, o volar hasta que llegue el Silencio?
Esta es la cuestión y tal vez la solución. Echar raíces bajo tierra y no ver la luz del Sol nunca, pero estar a gusto en mi Paz? o quedar en el extremo de la hoja y disfrutar de la luz del Sol y la lluvia hasta que la hoja se seque o caiga, y morir en esa paz poco duradera?
Tal vez, echar raíces sea la solución. Tal vez, y solo tal vez, echar raíces sea la solución para poder llegar estrepitosamente hasta el tronco del fuerte árbol duradero, y así construir una buena base firme y acogedora para que algún día pueda estirar mis ramas al Sol y al Viento, donde mis hojas y frutos puedan cantar bajo la lluvia hasta el fin de sus días para volver a renacer, en otro árbol, en otra vida.
Hasta el fin de mis días! Qué nobles tonterías acabo de soltar. Pues una jodida semilla solo soy, divagando, reflexionando, y filosofando de algo que todavía no he tenido. A tan solo unos instantes de caer al vacío, al frío y helado suelo a una considerable altura de unos 20 metros junto con mis otras hermanas, esperando el momento, esperando un golpe de suerte, esperando la Vida. Por qué me quejo entonces?
Tal vez, sea esa la solución;
JAIRO SOBRINO RUBIO::
JAIRO SOBRINO RUBIO::